La costa de Michoacan
ha estada habitada por indígenas Nahua por mas de 500 años, pero fue a principios del siglo XV que los españoles llegaron
a la zona en busca de oro y de una salida al O. Pacifico. Los pueblos indígenas de esta región lograron reconstruir sus sociedades
y cultura durante el siglo XVII después de sufrir un saqueo brutal durante los primeros cien años de la época colonial. Durante
este periodo desaparecieron varias comunidades indígenas que fueron invadidas y desplazadas por rancheros mestizos. En el
siglo XVII los indígenas practicaban un sistema de explotación de “amplio espectro” en el que cada familia tenía
acceso a distintas zonas de características ecológicas diferentes. había una intensa explotación marinera al igual que forestal,
junto a una agricultura (que incluía el cultivo de algodón, verduras, frutales y palmas de coco, con zonas de irrigación a
pequeña escala, cultivo de maíz y pastoreo). Además de la caza y recolección de frutos, los bosques también eran lugares de
“cultivo”.
A finales del siglo
XIX no se reconocían las comunidades indígenas como tales, pero gracias a un nuevo código agrario fueron reconocidos y las
comunidades de Pomaro y Coire fueron reconocidas como comunidades indígenas con un territorio propio. La transformación de la bahía de Maruata, en el territorio comunal de Pómaro, en un puerto internacional
facilito la salida y explotación de maderas preciosas.
Pómaro, con sus ricos
bosques fue forzada a acceder a varias concesiones madereras a la Pacific Timber Company, hasta principios del siglo XX.
Hoy en día, la comunidad
de Pomaro continua con sus actividades agrícolas basada en la tumba roza y quema tradicional, la ganadería (limitada), la
pesca y en años recientes en el turismo rural. La cacería de fauna silvestre y uso forestal es de subsidencia básicamente.
El paisaje de la costa de Michoacan esta fragmentado debido de un largo periodo de uso de los recursos por las comunidades,
sin embargo aun existen especies de interés como la martucha (Potos flavus), tanmandua (Tanmandua mexicana) y el jaguar (Panthera
onca).
Las primeras acciones
de conservación de la fauna y flora en la región comenzó con la protección de la tortuga marina (Chelonia agasizi) en Maruata
y Colola. Mas tarde, se estableció la UMA de Pomaro con la intención de hacer uso sustentable de los recursos de la región
y la conservación de la fauna y flora con la participación de las mismas comunidades.
Una de las especies
qué han despertado interés para su protección, es el jaguar o tecuani. En el año 2005, el año del jaguar, se crearon los vigilantes
comunitarios del jaguar de Pomaro quienes se unen al esfuerzo nacional para la conservación de esta especie. También, con
el apoyo de la CDI y el gob. del estado se presento un proyecto de investigación y conservación a los comisarios de las comunidades
obteniendo su aceptación. En el año 2006, se inician las primeras visitas a la comunidad de Pomaro donde se iniciaran las
primeras investigaciones sobre el estatus poblacional del jaguar en la zona.